Un carnaval agridulce

El pasado Carnaval tuvo momentos buenos y otros que nunca olvidaré, por tantas cosas raras que sucedieron en nuestra fiesta.
Comenzamos con la Gala inaugural, con unas condiciones climáticas nada favorables. La lluvia hizo presencia, si bien la belleza de la gala no se perdió.

Los concursos de murgas, tanto infantiles como adultas, de agrupaciones coreográficas, agrupaciones musicales y comparsas en el Recinto Ferial, transcurrieron sin ningún problema. Allí pudimos disfrutar de la esencia del carnaval.

Las distintas Galas de elección de las reinas de la tercera edad, infantil y adulta, tuvieron diversidad de opiniones siendo discutidas por unos y alabadas por otros.

El Concurso de la Risa continuó llenando el aforo del Teatro Guimerá. Los grupos que participan consiguen elevar el nivel cada año.

Finalizados todos esos actos, el Carnaval 2020 salía a las calles para seguir su camino. El viernes pudimos disfrutar de la cabalgata anunciadora, en la que participan todos las personas que hacen grande al carnaval. Una cabalgata en la que brilló la falta de organización, algo que espero que se mejore en el próximo carnaval.

El sábado se empezó a complicar con una calima insoportable, junto a un gran viento que dificultaban la celebración del concurso de Ritmo y Armonía en Francisco La-Roche. Finalmente se pudo superar y la gente disfrutó del buen hacer de todas las comparsas. El concurso se pudo celebrar, pero los bailes de esa noche se tuvieron que suspender.

Las malas condiciones climatológicas hacían pensar que el domingo no cambiaría y se extendió la idea de que el Carnaval de Día podría ser suspendido. Pero a pesar de que la espesa calima continuaba, no se canceló la celebración y sólo con unas horas de retraso, comenzaron las actuaciones previstas en los distintos escenarios. Por otro lado el fuerte viento que azotaba la Isla representó serias dificultades para que se desplazaran los carnavaleros desde el norte y el sur. Por la tarde se unió la tristeza de las malas noticias que llegaban anunciando que el fuego ardía en varios municipios del norte. El primer Carnaval de Día quedó totalmente deslucido.

El lunes, con una ligera mejoría climática, se pudo bailar en la gran noche. El entierro de la sardina llegó el miércoles cumpliendo con la tradición.

Fue el sábado siguiente cuando pudimos disfrutar de un verdadero Carnaval de Día, familiar y sin problemas meteorológicos que impidieran saborear la fiesta chicharrera.

Por si habíamos tenido poco, cuando la fiesta se trasladaba a los pueblos, tanto en Tenerife como en los de la Isla vecina, el fatídico coronavirus tiró todo al traste, teniendo como primeras víctimas la suspensión de todos los festivales y actos carnavaleros en el Archipiélago.

Un Carnaval agridulce para todos. Nos quedamos con ganas de más. Con la tristeza de haber podido disfrutarlo muy poco. Nadie sabe qué sucederá en el Carnaval 2021, porque aún no se ha resuelto esta pandemia y se desconoce cuál será su solución. Sabemos que al Carnaval no lo han parado ni las guerras, así que esperamos que en 2021 podamos ganar esta batalla y que la celebración del Carnaval sea apoteósica.

Redacción Factoría de Carnaval – Rubén Mesa Mengíbar

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