Alfonso Cabello regresa al Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recreativas como concejal, después de que en el año 2009 fuera su gerente.
En el año 2020 sucedía a Andrés Martín Casanova, convirtiéndose en el concejal del OAFAR. Es el séptimo teniente de alcalde, Concejal de Gobiernodel Área de Presidencia, Tecnología y Participación Ciudadana y tiene competencias sectoriales en materia de Turismo y Comercio.
Le preguntamos por el Carnaval, nuestra fiesta por excelencia, y éstas han sido sus respuestas:
¿Cómo fueron sus inicios y qué le ha aportado a su vida el carnaval?
Como para cualquier chicharrero de pro, el carnaval se lleva en la sangre y la relación con la fiesta de la máscara se inicia casi desde la cuna. Del barrio de donde provengo, que más que barrio es nuestro pueblo, como lo llamamos los de San Andrés, el carnaval concita no poca actividad durante todo el año. Es una celebración muy sentida y arraigada,como en casi todos los puntos de la geografía, no solo del municipio, sino de la isla y, cómo no, de Canarias.
¿Cómo lleva ser concejal del Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recreativas?
En estos tiempos difíciles no es fácil, pero no perdemos la ilusión. Lo primero que debo decir es que las fiestas, sean las que sean, desde el Carnaval a las del Carmen, pasando por las Fiestas de Mayo, el Día de Canarias o las que se realizan en cualquier barrio de nuestro municipio, son una cosamuy seria. Siempre suponen un esfuerzo de la genteque las organiza, aunque el ayuntamiento ayude en lo económico. Eso sí, no siempre tanto como quisiéramos, porque el presupuesto es limitado. En este tiempo de pandemia, cuando la mayoría de comisiones de fiesta de nuestro territorio deben desistir de celebrarlas, al menos de la manera más multitudinaria y participativa, nuestra obligación como corporación pública es hacer todo lo posiblepor su mantenimiento, con todas las medidas necesarias, pero tratando de que los ciudadanos mantengan la ilusión de sus festejos más entrañables. No vamos a abandonar el apoyo a las fiestas de los barrios.
¿Qué significa ser el máximo responsable del resultado final de las fiestas?
Pues me lo tomo con mucha responsabilidad, con alegría y con mucha dedicación. Las fiestas son elementos de la etnografía y de la historia de los pueblos y deben ser tratadas con respeto. Máxime cuando, como el Carnaval, se trata de una Fiesta de Interés Turístico Internacional que nos proyecta como destino atractivo para el resto del mundo.
¿Qué supone un año sin carnaval en la calle?
Mucha tristeza, pero ni comparación con cómo vi al alcalde, José Manuel Bermúdez, carnavalero del que aprendo mucho, el día que anunció que no habría carnaval en la calle, que es una auténtica esencia y seña de identidad de nuestra Fiesta con mayúsculas. Por eso lo suspendimos, porque sin esa esencia no lo podemos llamar Carnaval de Santa Cruz de Tenerife. Habrá, pero será virtual, con la intención de mantener nuestra posición a nivel internacional y que se hable de carnaval más allá de nuestras fronteras.
Se dice que el carnaval es un motor económico,social y cultural. ¿Cómo se afrontarán las dificultades de la pandemia?
Empezando por lo último, efectivamente el carnaval es un elemento cultural que concentra diversas y divergentes maneras de entender la fiesta. Digo cultural porque precisa de toda una serie de habilidades que componen la puesta de escena de la Fiesta de la Máscara: diseños, maquillajes, costura, música específica creada para el carnaval, escenografía, iluminación, video, fotografía y, casi incontable, el número de manifestaciones culturales que se agrupan y en ocasiones se confunden, para llenar de color, alegría y vitalidad todos los eventos que se lleven a cabo.
También social y de primer orden, ya que no distingue clases sociales y porque iguala en la fiesta a toda la población, sin tener en cuenta ni la condición social, ni el lugar de procedencia. Tal vez por ello está considerada de Interés Turístico Internacional, alcanzando así cotas de popularidad sólo comparables con otras manifestaciones lúdico-festivas de importancia y solera como los San Fermines en Pamplona, la Semana Santa de Sevilla o las Fallas de Valencia.
Desde el punto de vista económico, basta con decir que el carnaval genera un movimiento económico que ronda los 35 millones de euros, propiciando un número importantísimo de empleos y convirtiéndose para la hostelería, la restauración y el comercio en una época que salva no pocas economías familiares y permite el sostenimiento del tejido económico del municipio. En las semanas de carnaval, se convierte en el punto de atracción más importante de Canarias y en reclamo de paquetes turísticos nacionales e internacionales.
Este año se notará el bajón económico, pero ya trabajamos con ilusión para el del 2022, que será impresionante.
¿Cuál es su opinión sobre el carnaval virtual que está organizándose?
Es hacer lo máximo posible, respetando todos los protocolos de la COVID-19 y sin llamar a nadie a que salga a las calles, pero sí manteniendo viva la llama del carnaval. Una marca que ya hemos explicado que debemos conservar su impronta, no solo en la sociedad chicharrera, sino en toda la isla y en Canarias en general. Mantener la forma virtual, para que la gente lo disfrute en casa, es un acierto, pero también mantener vivos a los sectores que dan empleo y viven del carnaval.
Redacción de Factoría del Carnaval – Rubén Mesa Mengíbar